miércoles, 2 de mayo de 2012

El tren se fue alejando…

Lo quería, lo quería tanto que me dolía cada kilometro que aquel (maldito) tren recorría. Ver la puerta de aquel vagón cerrándose me dejo, una vez más, fuera de la vida que una vez fue mía.

Ahora, de nuevo, venían las distancias, las lluvias y las nieblas en las calles vacías.

Y desgraciadamente mi coche, no tenia luces antiniebla, mi paraguas estaba roto y mi chubasquero estaba guardado en una de las cajas de esta nueva mudanza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario