miércoles, 16 de noviembre de 2011

8:00

El mismo camino de todos los días. La misma música, los mismos ruidos, la misma prisa de siempre, los mismos jodidos 55 escalones de todos los días. La misma gente, las mismas caras… excepto las que tú quisieras ver. El mismo ánimo. De pie. Todo lleno.
 
Allá dos amigas hablan de la noche del sábado. Ríen, felices.
 
Junto a ellas un chico, pelo negro, melena, ropa negra. Escucha música de su móvil con su cabeza apoyada en el cristal y los ojos cerrados.
 
Acaba de entrar una pareja. Se miran, hablan, ríen. Beso en el cuello. Beso en los labios.
 
Tú. Ahora. Estas ahí, de pie, no hay un sitio para ti en ese vagón, y probablemente en ninguno de los que tiene ese tren. Lo ves todo, observas a cada persona. Te sientes tan fuera de lugar. Piensas que no deberías estar ahí, e imaginas donde sí deberías estar. Pero aunque no lo quieras y no te guste, estás ahí. Y eso nada podrá cambiarlo.
 
De fondo suenan todas esas canciones que te recuerdan…

miércoles, 21 de septiembre de 2011

mvsm


“Esta eres tú. Los ojos cerrados, bajo la lluvia. Nunca imaginaste que harías algo así. Nunca te habías visto como... no sé cómo describirlo... como una de esas personas a las que les gusta la Luna, o que pasan horas contemplando el mar, o una puesta de Sol. Seguro que sabes de qué gente estoy hablando. O tal vez no. Da igual, a ti te gusta estar así. Desafiando el frío, sintiendo cómo el agua empapa tu camiseta y te moja la piel, y notar cómo la tierra se vuelve mullida bajo tus pies, y el olor, y el sonido de la lluvia al golpear las hojas... Todas esas cosas que dicen los libros que no has leído. Esta eres tú. ¿Quién lo iba a decir? Tú..."

miércoles, 31 de agosto de 2011

 
                                         
Quedarme dormida mientras lloro. Llorar mientras me quedo dormida. Es la segunda vez que me pasa. Me despierto pensando en ti, con ganas de llorar de nuevo, desearía no haberme despertado. El aire me trae el aroma del café que ha preparado mi madre esta mañana. Huele tan bien…
Antes de levantarme. Antes de volver a llorar, miro el móvil, como cada día. Ni rastro de ti. Sin embargo un mensaje…

“Estas hecha para sonreir, tu sonrisa ilumina a kilómetros de distancia. Se feliz y alegra a todo con el que te cruces, como hiciste conmigo. Llena las calles de tu esencia y no olvides que siempre brillarás.”

Empiezan a caer las primeras lágrimas del día. La playa siempre me trae buenos recuerdos.

Mi vida sin mi.


Llega el frio en las calles de Madrid, calles que no son mías, calles que apenas conozco. Paseo y me siento tan sola como, realmente, nunca me había sentido.
Y ese vacío… el frio se mete dentro de mi cuerpo y llena cada esquina de mi ser (esas que un día llenaste tú), pero ahora me siento más vacía que antes. Veo tantas cosas mientras camino, todas quisiera compartirlas contigo. En cada banco quisiera besarte, en cada fuente tirar una moneda, en cada semáforo en rojo enseñarte una mirada distinta, en cada callejón volverte loco…

Nunca pensé que yo sería esa clase de personas que tanto piensa en la vida y que valora el más mínimo detalle, ese tipo de personas a las que les gusta escuchar la lluvia o el sonido de las olas rompiendo con las rocas, esas personas que adoran las tormentas aunque en el fondo las temen, esas personas que se imaginan la vida de cualquier persona con quien se cruzan, que simplemente se sientan a ver la vida pasar o esas personas que van a cualquier estación a imaginar cual será el próximo tren que pierda. Nunca sabes cómo vendrán tus cartas.
 
Una vez me dijeron que no hiciera planes, si un día quieres algo ve a por ello, sin esperar, sin planear, sin temor.

Por eso seguiré paseando por esta calle plagada de amores, pasiones, lamentos, tristezas, alegrías, bancos, fuentes, semáforos y callejones…

miércoles, 24 de agosto de 2011

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Estaban enamorados.
Se enamoraron poco a poco.  
Primero fueron sus olores, cada movimiento desprendía un aroma lleno de sentimientos a flor de piel. Tras los olores, vinieron las voces, hablaban sin parar, de todo y de nada, historias reales y ficticias, se escuchaban sin parar. Sus voces llevaron a sus risas, tan valiosas ambas, tan puras. Luego vino el tacto, de vez en cuando sus manos se encontraban sin querer (queriendo), simples roces, a veces caricias. Después del tacto, vinieron las miradas, miradas solo suyas, de esas que cuesta mantener, profundas, continuas, fijas, miradas sinceras, sin miedo y con ganas de descubrir nuevos mundos en los ojos del otro. Las miradas llevaron a sus sonrisas, bonitas y llenas de secretos,  sonrisas que llenaban sus caras de agujetas.
Después se enamoraron de lo que sentían el uno por el otro, se enamoraron del sabor todos los besos que se daban, de la suavidad de sus labios, de lo difícil que era estar más de 5 minutos sin besarse, de cómo paseaban cogidos de la mano, de la forma en la que se hacían reir el uno al otro. Se enamoraron de sus manos, de la facilidad en que se encontraban debajo de cualquier mesa, de cualquier cama. Se enamoraron de sus palabras bonitas, de sus promesas, de sus listas de cosas que hacer juntos. Se enamoraron del modo en que se hacían felices. De cómo se abrazaban. De la facilidad en la que se decían que se querían. Del amor con el que hacían el amor. Del cariño y la ternura que les inundaba cada vez que se veían. De la pasión que a veces les entraba y de la tranquilidad con la que a veces hacían todo. De cómo se corregían sus errores. De sus abrazos. De lo poco que tardaban en volverse locos el uno al otro, el uno con el otro. De los sueños que tenían. De la amistad que al principio les unió. Se enamoraron de sus planes, de sus ganas de vivir.
Se enamoraron, siguen y seguirán enamorados.
Las cosas buenas pasan un día de repente.
Un día de repente fue el que se enamoraron.

miércoles, 1 de junio de 2011

Gástame.

Bésame, envenéname, quiéreme, derríteme, llévame, tráeme, despiértame, estúdiame, muérdeme, piérdeme, espérame, enciéndeme, apágame, siénteme, quémame, búscame, encuéntrame, ámame, ilumíname, excítame, olvídame, fúmame, mastícame, descúbreme, explótame, obsérvame, acaríciame, recuérdame, mátame, muéveme, cámbiame, miénteme, ayúdame, llámame, bébeme, destrúyeme, enamórame, dispárame, guíame, háblame, desnúdame, consúmeme.
Conquístame, conquístame.

martes, 31 de mayo de 2011

Sobre como nos dimos cuenta.

Sé que cada vez que huela de nuevo su colonia, recordaré su nombre, y su cuello, como olvidarlo, que tantas veces bese, mordí, acaricie. Sus ojos, que tanto me miraron, esos ojitos caídos que con tanto amor me miraban. Sus manos, que tanto me acariciaron, capaces de llevarme desde el lugar donde estuviéramos al cielo varios segundos  y traerme de nuevo. Sus labios, que tanto me besaron. Suavemente, salvajemente, besos buscados, desencajados, ensalivados, desequilibrados, ansiosos, sin respiración, simples roces.

No nos dimos cuenta del daño que nos estábamos haciendo al enamorarnos.
Nos arrancamos el corazón el uno al otro.

sábado, 16 de abril de 2011

El día que nos conocimos.

Las conversaciones con personas que no conocía de nada la excitaban. Procuraba ser original. Sabía que ese era el punto principal. Sacar lo cotidiano del escenario y dar protagonismo a lo diferente.
Así había llenado cada sábado su habitación de corbatas caídas por el suelo, manchas de sudor en las paredes, camas deshechas, sabanas empapadas….
En su colchón habitaban falsas promesas, insultos excitantes y gemidos que chocaban contra las cuatro paredes amarillentas de aquel cuarto muerto de sentimientos.
Hasta que llegó él. 
Cuando salió de su casa aquel día, no solo llevaba en el bolsillo 5 orgasmos y 3 horas de ejercicio físico continuado…
También había, escondido y sin saberlo, entre su ropa… un trocito de su alma con olor al champagne de la noche anterior.

sábado, 5 de marzo de 2011

                       Desde el primer momento supimos que esto no era para siempre.

                               
                              El final se acercaba desde que empezamos.


                                                                      

sábado, 19 de febrero de 2011

Enséñame a hablar sin decir nada y te diré lo mucho que me gustas cuando pienso en el día que me llevarás de la mano a la playa más desierta de este jodido mundo solo para decirme: "Este es nuestro cuento, que no tenga final.
Pero sí perdices, besos, abrazos, caricias, susurros, y, sobre todo, cosquillas."

martes, 15 de febrero de 2011

Fumame

Su cigarro se fuma el tiempo. Tiempo de kilómetros, de distancias. A pesar de todo ella piensa en ti, sin conocer ni si quiera tu nombre, el color de tus ojos, el sonido de tu voz, tu forma de andar, tus gustos, la mirada con la que un día la volverás loca…
Y aun así espera impaciente el momento en el que las calles le parecerán más acogedoras por el simple hecho de que tú pasees junto a ella, a la vez que cualquier rincón de la ciudad se os hará apetecible para todo.

Excepto para estar separados más de un centímetro de distancia.

domingo, 13 de febrero de 2011

Mi victoria y mi fracaso, mi disfraz para decir, que quizás estuve a un paso de morir entre tus brazos, y al final no ha sido así.
                                           

sábado, 12 de febrero de 2011

Quiero conocer las exactas coordenadas de todos los lunares que marcan tu cuerpo. No me quiero perder el día que me dejes sin cadenas por tu perfecta anatomia. Probablemente sufrirás (o sufriremos) un terrible terremoto, pero la vida no acabará ahí.
Te lo aseguro.
  La verdad es que no se como decirte que me quiero comer todos tus lunares...

lunes, 7 de febrero de 2011

Aquella noche acabaron enredados entre la luna y los primeros días de verano. Pero su historia no tenia puntos suspensivos, y mucho menos un punto final.



viernes, 4 de febrero de 2011

después

me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere,
me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere,
me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere...